El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha
Alonso Quijano, un viejo y bondadoso hidalgo rural, se vuelve loco por la
lectura excesiva de libros de caballerías[1].
La locura le determina a buscar aventuras y a defender la justicia, la libertad
y el amor como si de un caballero andante se tratara.
Para convertirse en
caballero andante supera varias fases, entre ellas, buscar un nombre adecuado a su nueva personalidad
(Don Quijote de la Mancha), vestirse con
una antigua y oxidada armadura, el
casco y los guantes que ha encontrado en el desván de la casa. Montar en el
viejo y delgado caballo (que llamará Rocinante)
e iniciar el viaje por los caminos de la España del siglo XVII, una sociedad en crisis que
empieza a olvidar las antiguas historias de los caballeros andantes (el género
había caído ya en la repetición y el agotamiento de sus recursos narrativos y
estéticos). La invención de un amor
platónico será otro requisito esencial para convertirse en caballero; Don
Quijote inventa al personaje de Dulcinea
del Toboso. Desde ese momento, todas sus acciones irán dirigidas a glorificar
el nombre de su hermosa y amada
Dulcinea...
La primera salida la realiza en solitario. En su
segunda salida, Don Quijote busca un escudero[2],
como es preceptivo en un caballero andante. Lo encontrará en Sancho Panza, uno de los campesinos que
trabajan sus tierras. Sancho, analfabeto pero astuto, buen conocedor de la
sabiduría popular y de los usos y costumbre de su entorno, se une a Don Quijote
bajo la promesa de conseguir riquezas gracias a las victorias de su amo (en
especial, la promesa de lograr y de concederle el gobierno de una ínsula, como
así cree la loca fantasía del ingenioso caballero). El diálogo entre Quijote y
Sancho será la base fundamental de la caracterización de ambos personajes y uno
de los atractivos de la obra.
En esta primera parte, Don quijote confunde la realidad con su imaginación:
lucha contra unos molinos de viento que cree que son gigantes, ataca a una
comitiva pensando que llevan raptada a una dama, embiste a un rebaño de ovejas
imaginando que son un ejército de caballeros malvados, etc. En casi todas sus
peripecias sufre la derrota, recibe golpes y es tratado con crueldad por las
personas con las que se encuentra. Finalmente, amigos y familiares de Alonso
Quijano consiguen que vuelva a casa mediante un engaño (le convencen de que
está encantado).
- Segunda parte (1615):
El ingenioso caballero Don Quijote de la Mancha
En la tercera salida de Don Quijote (acompañado por
Sancho) se produce un fenómeno curioso y esencial para creación literaria:
ambos personajes se encuentran en el camino con los lectores de la primera
parte de las aventuras de Don Quijote, publicadas en 1605. Tienen incluso
discusiones con los lectores de una segunda parte falsa, escrita por un autor
desconocido que ha aprovechado el éxito de la primera y la tardanza de
Cervantes en publicar la segunda para editar un texto que modifica y traiciona
los elementos básicos de la obra original (es el llamado Quijote de Avellaneda).
En definitiva, los distintos niveles de la ficción y
la realidad se mezclan y confunden: Don Quijote encuentra a sus lectores, que
lo reconocen y saben de su locura. A partir de este momento, se sucederán las
ocasiones en que serán los demás quienes pretenderán confundirle, creando para
él un entorno caballeresco con el fin de aprovechar su credulidad para reírse
de él con burlas crueles, para conocer sus “verdaderas” reacciones o para
intentar que vuelta al hogar. La imposibilidad de controlar sus propias
fantasías ante la manipulación exterior provoca en Don Quijote un progresivo
entristecimiento.
El encuentro con unos duques es especialmente
significativo: los nobles han leído la primera parte y tienen medios para
representar ante sus dos invitados una farsa inspirada en los libros de
caballerías. Así alargan durante días la ridiculización y la burla de Don
Quijote y Sancho (al que incluso le convierten en regente de una falsa ínsula:
la Ínsula Barataria)
En este tercer viaje deciden dirigirse hacia
Barcelona para desmentir la versión falsa que Avellaneda ofrece de sus
aventuras (en ese texto se relata cómo viajan hacia Zaragoza y cómo finalmente
Don Quijote es ingresado en un manicomio).
Durante las últimas fases de su recorrido, vivirán
aventuras “reales” (el encuentro con unos bandoleros, una pequeña batalla
naval) en la que la experiencia de la violencia real y la muerte de algún
personaje cercano dejan a Don Quijote anulado y confuso.
Sancho Panza sigue una evolución inversa a la de su
amo: frente al desánimo de Don Quijote, él se siente cada vez más fascinado por
las palabras y las fantasías sobre la caballería andante y asume poco a poco su
idealismo.
Finalmente, Sansón Carrasco[3]
(ayudado por otros amigos de Alonso Quijano) desafía a Don Quijote a un combate
en una playa de Barcelona. Sansón Carrasco se presenta disfrazado de caballero
andante y le reta en nombre de su supuesta dama (declarando que es más hermosa
y de mayores virtudes que Dulcinea). La derrota de Don Quijote en este duelo le
obliga a abandonar sus aventuras y regresar a casa.
Tras llegar a su hogar, envejecido y enfermo, Don
Quijote recupera la cordura[4]
en plena agonía, declara su desprecio a las falsedades y engaños de los libros
de caballerías, escribe un generoso testamento a favor de sus familiares y de
Sancho y, finalmente, muere.
En los últimos instantes, Sancho intenta inútilmente
que Don Quijote recupere su fe en las fantasías literarias y le anima a
reiniciar el viaje y a buscar nuevas aventuras como pastores (se trata de
asumir los códigos poéticos de las novelas pastoriles).
Sansón Carrasco escribe un epitafio[5]
para la tumba de Don Quijote:
Yace aquí el Hidalgo
fuerte
que a tanto extremo llegó
de valiente, que se advierte
que la muerte no triunfó
de su vida con su muerte.
Tuvo a todo el mundo
en poco;
fue el espantajo y el coco
del mundo, en tal coyuntura,
que acreditó su ventura
morir cuerdo y vivir loco.
El narrador (Cide Amete Benengeli) termina su relato
con estas palabras:
... pues no ha
sido otro mi deseo que poner en aborrecimiento de los hombres las fingidas y
disparatadas historias de los libros de caballerías, que por las de mi
verdadero Don Quijote van ya tropezando, y han de caer del todo, sin duda
alguna.. Vale.
[1] Libros
de caballerías: Extensos relatos en prosa que narran las aventuras de
personajes heroicos en mundos fantásticos y mágicos. Los títulos más famosos
del género en España son: El Amadís de
Gaula y Tirant lo Blanc. La época
más fructífera de este tipo de relatos fue el S. XV. Cuando Cervantes redacta El Quijote, los libros de caballerías
sufren ya una clara decadencia, caen en constantes repeticiones y en exageradas
y manieristas tramas sin ningún tratamiento estético de interés.
[2] Escudero: Ayudante del héroe. Personaje
de clase humilde que se encarga de las armas y de la gestión de los
asuntos prácticos de la vida del héroe.
[3] Sansón
Carrasco: amigo de la familia de Alonso Quijano. Interviene en varias
ocasiones para intentar que Don Quijote vuelva a casa y abandone su locura.
[5] Epitafio:
composición poética sobre la muerte de una persona. Poema escrito en honor de
un fallecido, que expresa el dolor por su pérdida y que describe sus
cualidades.
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